sábado, 18 de julio de 2015

Canción a la pañoleta.

Te llevo al cuello

 como el poeta lleva su pluma.



Me proteges

 en cualquier época del año

 de los rayos

 en una jornada dura

 de construcciones,

 de una supervivencia

 o en un servicio a la sociedad,

 en medio del campo.


Te arrugo, te mojo,

 te enrollo, te desenrollo,

 te adorno, te ensucio,

 te limpio, te cuido,

 te mimo, te pierdo,

 te encuentro a veces,

 pero siempre, acabas

 en el mismo lugar siempre,

mi cuello.


Locos están aquellos

 que son felices sin

 tenerte, sin saber

 de tu existencia

 o de tu significado.


No eres solo un pañuelo,

 eres lo que me seca el sudor,

las lágrimas.

Es pensarte, sonreir, 

y acordarme del dia que

 te conseguí,

 que adquirí ese

compromiso mundial.


En algunos quedas olvidada,

en otros estas presentes,

 y los que quedan tuvieron que

 dejarte colgada en el armario,

por un tiempo.

Pero siempre quedarás en

 nuestro recuerdo, y sobre todo

 en nuestro espiritu scout.


Porque es imposible

 olvidar a la mejor amiga

 de tu cuello.

 Con la que has vivido

 heridas de construcciones,

 risas de actuaciones,

 canciones en fuegos de campamentos,

 y quizá, el acto mas importante,

 cuando todavía no podías ponertela,

 y tan solo usarla de arma,

 en tu gran vela de armas.


Hasta entonces,

 en las ramas anteriores,

 mi edad,

 me hacía incomprender,

 la importancia que te daban

 los que ya tenían experiencias,

 porque yo,

hasta entonces, no las había vivido.


El día antes de conseguirte

 estuve indeciso,

 por si realmente era digno

 de merecerte o no.

 Entonces alguien me dijo,

"Si no te la mereces tu,

no se la merece nadie".


Os juro,

 que eso, me dejó aún mas nervioso,

 porque pensaba que no podía

 fallar a nadie en el mundo,

 en ningún momento,

 que cuando alguien necesitara mi ayuda,

 ahí estaría yo,

 para ayudar sin esperar recompensa.


Y entonces, llegó un día,

 el día que fallé. De repente,

 tu me viniste a la mente,

 y contigo el ideal que elegí.


Tu recuerdo vino en el

 momento justo, me agarré a ti,

 te usé como arma,

 y desde aquel momento,

 tu haces que las dificultades,

 las supere con alegría.

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