para plantar alegría, bienestar y bondad.
Los que sois el arcoiris en la calma
y la tormenta de después.
A vosotros se os tendría que caer la cara de vergüenza
cuando desaparecéis de la manera en que lo hacéis
-sin ton ni son-
Porque nos abrimos a vosotros
después de tener miedo a que vuelva a suceder.
Tenemos la esperanza
-porque dicen que es lo último que se pierde-
de que seáis diferentes,
pero sois todos iguales.
Un robot haciendo de bufón
Siri en tu iphone.
Mismas apariencias.
Mismas intenciones.
Aprovecháis nuestra falta de fuerza
nuestra mente cansada y mareada,
para pasar el rato a nuestra costa.
En la arena veo escrito vuestros nombres
y me rodeo de la montaña para sentirme protegido.
Sois mediocres como pocos
y absurdos como muchos.
No nos hacéis falta, idos de una vez y no volváis.
No seáis crisis en ruinas.
No pidáis ni permiso ni perdón.
Idos de una vez porque cuanto antes nos dejéis caer
antes pasará el dolor, aunque duela más.
Tenemos personas firmes y no son militares.
Pero aún así vosotros aportábais cosas diferentes.
No sabéis lo duro que es el proceso
de no volver a sentirse uno mismo,
de sentirse perdido,
de desacostrumbrase de vuestras costumbres.
La hostia de después duele demasiado
como para volver a abrirnos a otra persona.
Porque somos masocas, pero no gilipollas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario